jueves, 4 de junio de 2009

Anunciación [editar]

Imagen de la Virgen utilizada para veneración y procesión.
La presencia de María en los relatos bíblicos comienza con la narración de la aparición del
Arcángel Gabriel a María, según lo relata el evangelista Lucas en 1:26 al 28:[8]
"Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, llena de gracia! (Gracia Plena) El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres."

La Visita a Isabel [editar]
María, ya embarazada, visita luego a su prima Isabel, ya que el ángel Gabriel le había anunciado que también ella, aunque ya anciana, estaba encinta, señal de que para Dios no hay imposibles. Viaja María a la ciudad de
Judá, que actualmente se conoce como la ciudad de Aim Karim situada a seis kilómetros y medio al oeste de Jerusalén.
Al llegar María los evangelios narran que el niño que tenía Isabel en su vientre dio un salto que fue interpretado como de alegría, Isabel reconoce luego a María como la "Madre de su Señor"
[9] y la alaba, María responde a Isabel con un canto de alabanza ahora llamado como "Magnificat"[10] canto inspirado en varios salmos que María debía conocer. En él, María predice que "todas las generaciones la llamarán bienaventurada".

Nacimiento de Jesús [editar]
Lucas narra el nacimiento de Jesús señalando las circunstancias del suceso.
[11] Ante un edicto de César Augusto que ordenaba un censo, José y María viajan desde Nazaret en Galilea hacia Belén en Judea. Estando en Belén, llegó la hora de dar a luz y María no tiene un lugar para hospedarse mientras que Jose buscaba posada todas ellas estaban llenas por el censo, a esto el único lugar disponible es un pesebre del cual les sirvió de refugio para el nacimiento de Jesús.

María en el Cristianismo [editar]

Virgen de Candelaria, Patrona de Canarias se apareció a dos aborígenes guanches, antes de la Cristianización de las Islas Canarias

María en la Iglesia Católica [editar]
A pesar de ser una figura casi oculta en los evangelios (con pocas menciones), la atención sobre la persona de María fue creciendo con el paso de los siglos, apareciendo en las reflexiones sobre ella todo tipo de virtudes y cualidades.

Cuestiones teológicas [editar]

Asunción de la Virgen María, por Annibale Carracis. Roma, Iglesia de Santa Maria del Popolo
Como la doctrina de la
Trinidad considera a Jesús una de las personas divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo), se le da a María el título de theotokos, 'Madre de Dios'. Según la teología católica, es correcto denominarla de esta forma pues Jesús unía en una misma persona dos naturalezas (la humana y la divina), y cuando se habla de María como Madre de Dios se refiere a María como madre de Jesús en toda su persona. El catolicismo encuentra correcto el referirse a María como Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa del Espíritu Santo. Su razonamiento lógico es el siguiente; "Si Jesús es Dios y María es madre de Jesús, entonces María es Madre de Dios". La encarnación significa que en un instante la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, de naturaleza divina, asumió plenamente la naturaleza humana -sin menoscabo de su condición divina- al ser concebido milagrosamente en María. Como fue instantánea y esencial, María en ese momento empezó a ser madre de Jesús: hombre-Dios.
Mientras la Reforma disminuía la posición de María, en la
Iglesia católica esta seguía creciendo. En 1854, se produjo la proclamación, por parte del Papa Pío IX del dogma de la Inmaculada Concepción: María fue liberada del pecado original en su propia concepción, de manera que vivió una vida completamente sin pecado, cuestión que tampoco es aceptada por los protestantes. Por tanto, la Iglesia Católica considera dogma de Fe que "la Santísima Virgen, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio concedido por Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original"
Por medio de la Constitución Apostolica "Munificentíssimus Deus" del Papa Pío XII proclamó el dogma de la
Asunción de la Virgen el 1 de noviembre de 1950: "Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo". Al definir este dogma, Pío XII no hizo más que definir solemnemente lo que los fieles siempre habían creído, es decir, la "necesidad" de que la carne de la Mujer que había dado carne al Hijo de Dios escapara a la corrupción de la carne. Las confesiones protestantes niegan esta proposición.

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